Presentación y méritos del premiado:
Aicav quiere celebrar, quiere agradecer, a una personalidad comprometida, una persona que ha hecho suyas las necesidades de los artistas, del Arte en Canarias: Don Guillermo García-Alcalde Fernández, quien a sus múltiples responsabilidades, ha sumado como una más, darle voz y recorrido al arte y los artistas canarios.
Nacido en Asturias, es licenciado en Derecho, Profesor de Piano por el Conservatorio de Oviedo, doctor en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid; musicólogo y compositor, es académico supernumerario de la Real Academia Canaria de Bellas Artes de San Miguel Arcángel y académico correspondiente de la Real de Bellas Artes San Fernando, Madrid; miembro fundador y Socio de Honor de PROMUSCAN, Presidente de la Asociación Wagneriana de Canarias, y miembro del consejo rector del Aula Wagner, de la ULPGC. Desde 1998 jurado del Premio Príncipe de Asturias de las Artes.
Desde 1962 escribe crítica musical, dedicándose profesionalmente al periodismo en 1965. En diciembre de 1966 se incorpora al diario «La Provincia», de Las Palmas de Gran Canaria. Posteriormente trabaja en «La Nueva España» de Oviedo y en la revista «Asturias semanal». Vuelve en 1972 al periódico canario como director, función que cumple durante cinco años y desde 1978 es consejero y director general de Editorial Prensa Canaria S.A., y miembro de la dirección del Grupo Prensa Ibérica, de ámbito nacional.
Apoyó con entusiasmo la creación del suplemento semanal Cultura de La Provincia en 1989, que no ha dejado de publicarse ininterrumpidamente hasta hoy, donde han tenido cabida textos, entrevistas y reseñas de artistas visuales, críticos de arte y exposiciones.
También creó en 1979 la Galería de Arte del Club Prensa Canaria (hoy Club La Provincia), donde centenares de artistas jóvenes han expuesto sus creaciones en las últimas tres décadas. Su firma en la crítica de música, danza y artes plásticas ya es clásica en este medio y en numerosos catálogos de arte.
Desde su posición en el grupo editorial ha favorecido y cuidado de dar recorrido en los medios de difusión pública a su alcance, a la actividad de los artistas canarios, y del arte en Canarias, con extensas publicaciones en las que se ha cubierto exposiciones de artistas individuales, colectivas y la programación de los centros de arte, más allá del obligado y necesario espacio cultural de cualquier medio de comunicación. Su empeño ha propiciado que la producción de las artes visuales en Canarias tenga un espacio amplio, generoso, en el que se presente a la sociedad con mayor alcance la obra y personalidad de artistas, y proyectos públicos y privados, que ha enriquecido el haber cultural de Canarias.
Más 50 años de actividad en primera línea en favor de las artes, con una sensibilidad exquisita expresada en sus innumerables críticas que alcanzan todo el espectro de la creación en Canarias; de afinado temperamento para ensalzar lo que considera digno de elogio, como rigor con lo que entiende debe ser cuestionado. Sus comentarios son altamente considerados, y nada que diga deja indiferente al entorno
Generoso, ha sido gran estímulo para tantos creadores, que han encontrado en él un provocador acicate, un revulsivo intelectual, que ha propiciado creaciones que esperaban un impulso a través de la confianza que ha transmitido a tantos. Ha dedicado tanta atención a artistas consolidados y proyectos institucionales, grandes y menores, como cuidado a los artistas emergentes, convencido de la importancia que todo tiene para el devenir de la cultura en Canarias.
A ninguno se nos esconde la importancia que para las artes tiene el tener un medio que se haga eco de la actividad, que le de alcance y recorrido, que se deje constancia en las hemerotecas del hacer de tantos, que sea testimonio de cada época. Sin duda, la necesaria difusión en medios de comunicación de la actividad creadora de los artistas canarios, ha recibido un respaldo generoso y comprometido en la persona de D. Guillermo García-Alcalde, lo que le quiere reconocer la Asociación Islas Canarias de Artistas Visuales, AICAV, con el premio que tenemos reservado para aquellas personalidades o entidades, no artistas profesionales, que han favorecido, apoyado, sustentado la creación en Canarias.
Manolo González
Vicepresidente y Vocal de Relaciones Institucionales de AICAV
Discurso de agradecimiento de Guillermo García-Alcade:
Ignoraba los méritos que la Asociación Islas Canarias de Artistas Visuales pudo atribuirme para justificar el premio que hoy recibo y tanto me honra. He dedicado mi vida al periodismo generalista y la gestión de empresas periodísticas, sin atreverme a entrar, salvo muy ocasionalmente, en el territorio de las artes visuales. No soy un artista creador ni un especialista en la crítica de arte, aunque reconozco que me hubiera gustado serlo con la inspiración, el conocimiento y la autoridad que ambas facetas exigen.
Eso sí, he escrito critica musical desde los 21 años, y en ello sigo cinco décadas después con indeclinable afición. Me agobia un poco pensar en los miles de comentarios publicados durante ese tiempo, porque seguramente abundan en subjetividades y errores de apreciación, junto al entusiasmo y el afán de ser útil a cuantos sienten en mi entorno social y profesional la emoción, el misterio y la pasión por la gran música de todos los tiempos, incluidos, claro está, los que nos toca vivir.
Me estrené en la crítica cuando mi antiguo profesor de Historia de la Música, en el Conservatorio de Oviedo, perdió el oído por una enfermedad y me invitó a tomar el testigo de su parcela crítica en uno de los diarios de la ciudad. De antes, sin embargo, es mi iniciación en el contacto con las artes visuales. En el Bachillerato de aquel tiempo aún se respetaba la asignatura de Filosofía y tuve la inmensa suerte de cursarla con un filósofo que, además, era crítico de arte. Por desgracia perdió casi toda su capacidad visual y era angustioso encontrarle en galerías y museos con unas gafas como lupas, intentando ver las obras expuestas.
Aún siento ternura recordando al crítico musical sordo y el crítico de arte ciego en aquella pequeña capital de provincia, siempre apasionada por estas dos vertientes de la creatividad humana. El filósofo tuvo que dejar su parcela crítica, sin confiarla, por supuesto, a un bachiller adolescente. Pero al margen de las clases del Instituto abría su casa a cuantos intentábamos descubrir la cara oculta de la pintura o la escultura más allá de la superficie visual o tangible. Su pensamiento nos ayudaba a cruzar el espejo y duplicar la mirada. Fueron enseñazas para toda la vida y dieron fundamento al respeto con que los habituales de aquellos sábados por la tarde aprendimos a aproximarnos a las artes visuales. Entre ellos estaba Rubén Suárez, mi redactor jefe en el turno de noche del periódico ovetense en el que trabajamos años después, con largas esperas de las últimas noticias hasta la hora de cerrar la edición. Aquellas conversaciones, con frecuencia dedicadas a la actualidad de las expresiones artísticas, consolidaron la visión recibida del filósofo ciego. Imaginen mi alegría al saber que Rubén Suárez, hoy critico referencial de Asturias, estará en Las Palmas dentro de pocos días, para impartir un taller de arte y debate junto al celebrado escultor Herminio Álvarez: una iniciativa que, al igual que la que hoy nos reúne, debemos a AICAV.
Somos tantos los incondicionales de la creación artística, que no parece razonable atribuir a esa sola circunstancia la concesión de un premio. Por ello pienso que si mis amigos escultores y pintores han convenido en dármelo, es por mi voluntad desigualmente lograda, pero constante, de desarrollar un periodismo cultural a lo largo de mi vida activa desde que, en 1972, asumí la dirección de «La Provincia», fijando ya para siempre mi residencia profesional y familiar en esta querida ciudad. Han pasado 45 años definidos, entre otras cosas, por la voluntad de entender el núcleo más íntimo de la creación musical y de la visual. Por suerte, he tenido y tengo grandes amigos en las dos expresiones, cuyos lenguajes se escinden sin menoscabo de la identidad noética de su origen. En la doctrina de numerosos pensadores, la esencia de la creación es única, pero tan rica e intensa que necesita estimular todas las posibilidades de percepción humana a través de los sentidos primordiales, la vista y el oído. Las artes espaciales y las temporales nacidas de esa identidad profunda explican por sí solas el desarrollo de la sensibilidad pero también de la conciencia humana. La música, que sucede en el tiempo, y la plástica, que es espacio, cruzan sus iluminaciones y hacen fraguar en el pensamiento la más depurada noción de la vida y el mundo.
Mis amigos artistas, aquí en Canarias, han propiciado generosamente mi proximidad con el impulso y los significados de su obra. A ellos debo, por tanto, el premio que me otorgan y recibo con tanto orgullo como humildad. A los escultores que nos hablan, exagerando a todas luces mi perfil, les debo las experiencias más esclarecedoras. Martín Chirino, el primero de los escultores españoles y uno de los grandes del mundo, ha querido llevarme a los consejos de administración y asesor del CAAM, por él fundado y dirigido en su primera década, una década prodigiosa en la que vimos repetirse el nombre y la obra de la institución en los libros y publicaciones culturales más respetadas del orbe de la cultura. Ahora mismo soy, gracias a su bondad, miembro del patronato de la Fundación creada para el goce de su obra en el Castillo de la Luz, tan cerca del lugar donde nació. Todos estos años he recibido de Martín enseñanzas impagables y ese regalo de inspiración, sabiduría y experiencia sigue llegando pródigamente de su lucidez admirable a cuantos tenemos la dicha de su amistad.
La inquietud renovadora de Leopoldo Emperador y su envidiable instinto de la forma visual y espacial en el marco de la vanguardia contemporánea, me han dado puntos de referencia absolutamente imprescindibles para interpretar lo que fue más rompedor en las últimas décadas del siglo XX y lo que es más fecundo en lo que va del XXI. La original individualidad de su obra testimonia a la vez un profundo compromiso con el ejemplo del maestro Chirino. Y es, además, uno de mis mejores amigos en la cotidianeidad de la vida cultural de Canarias.
Manolo González, el más joven, que empezó a sorprenderme sin ruido con sus aportaciones a la escultura pública de esta ciudad, se convirtió en un descubrimiento con las exposiciones que mostraban su constante búsqueda de experiencia en los materiales y en las formas finales. Estas formas, perfectas en el dominio de la materia y admirables en el resultado final, no otro que la belleza, expresan la ambición de síntesis de las estructuras históricas en un lenguaje personal de hoy y de mañana.
Me enorgullece la amistad de estos tres amigos excepcionales, cuya compañía ya es un premio en sí misma. Y cuando hablo de amistad no hablo de amiguismo. La amistad es «el alma de las almas», en palabras de Lope de Vega, y, por ello, un privilegio y una vivencia esenciales. «Los que separan la amistad de la vida parece como que arrancaran el sol del mundo», escribió Cicerón, cuyos discursos en el Senado romano tenían de todo menos de amiguismo. Dicho esto, no hace falta añadir que considero este premio como testimonio de amistad, no ratificación de unos méritos que no tengo.
Por si fuera poco, lleva el nombre de Lola Massieu, mujer memorable como gran artista, conciencia rebelde frente a los convencionalismos sociales y potente testimonio de libertad en su pintura, sus actos y sus opiniones. Magnífica criatura elegida por AICAV como emblema de sus distinciones. Y nada digo del orgullo de ser el segundo que las recibe después de mi queridísima amiga Hilda Mauricio, con la que todos los artistas canarios se sienten en deuda.
Gracias a AICAV y a la amistad de los creadores que la integran.
Y gracias a todos ustedes por acompañarnos en este feliz momento.
Guillermo García-Alcalde
Gabinete Literario de Las Palmas de GC, 12 de mayo de 2017